Los stents son uno de los dispositivos médicos más implantados en el mundo por su capacidad de restaurar el flujo correcto de la sangre o de otros fluidos. Estas cánulas se utilizan comúnmente para tratar enfermedades cardiovasculares, ayudando a prevenir el infarto de miocardio o a tratar los síntomas que perduran en el paciente. Desgraciadamente, sin embargo, una vez implantados se pueden obstruir o dañar, si bien los síntomas solo aparecen cuando el stent ya ha perdido el 90 % de su capacidad funcional, y ya es demasiado tarde para que el personal sanitario pueda evitar un empeoramiento de las condiciones del paciente.

En estos casos debe realizarse un procedimiento invasivo llamado angiografía, que consiste en introducir un catéter en la arteria para inspeccionar directamente el stent. Obviamente, se trata de un procedimiento muy complejo e invasivo, en el que el paciente necesita anestesia, recibe mucha exposición a rayos X y requiere un ingreso hospitalario de al menos 24 horas, que comporta unos costes asociados muy elevados.

Todo ello lleva a una situación en la que los profesionales médicos no pueden actuar ante el problema hasta que ya se ha manifestado, lo que aumenta la incidencia de complicaciones graves, como el ictus, el infarto o incluso la muerte súbita, que de otro modo podrían prevenirse.

Tras identificar esta necesidad no cubierta, personal investigador del Instituto de Investigación en Ciencias de la Salud Germans Trias i Pujol (IGTP), la Universitat Politècnica de Catalunya · BarcelonaTech (UPC) i la Universitat de Barcelona (UB) ha constituido Nimble Diagnostics, la spin-off que comercializará un dispositivo para monitorizar los stents a través de una tecnología basada en microondas. El sistema Nimble permitirá identificar posibles problemas cardíacos antes de que sea demasiado tarde, de forma completamente no invasiva, rápida y fácil de utilizar. Esto permitirá implementar tratamientos tempranos para prevenir complicaciones graves, así como identificar y optimizar el tratamiento farmacológico de los pacientes, correlacionar los síntomas con la función del stent y enfocar el tratamiento del paciente de forma holística. 

La spin-off estará liderada por Oriol Iborra (CEO) y por la investigadora Susana Amorós (CTO). Son cofundadores los doctores Carolina Gàlvez, Oriol Rodríguez y Antoni Bayés, del IGTP; por parte de la UPC, los investigadores Joan M. O’Callaghan, del grupo de investigación de Sistemas, Dispositivos y Materiales de RF i microondas (RF&MW) y del Departamento de Teoría de la Señal y Comunicaciones, y Jordi Romeu y Lluís Jofre, del Departamento de Teoría de la Señal y Comunicaciones, y vinculados a la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Telecomunicaciones de Barcelona (ETSETB), y el profesor Javier Tejada, de la UB. El objetivo es realizar pruebas preclínicas en cerdos y llevar a cabo pruebas de estrés técnicas durante 2022, y poder empezar a comercializar la tecnología a partir de 2025.