Estudiantes de la ESEIAAT de la UPC lanzan con éxito el cohete supersónico suborbital más potente de Cataluña
El equipo de Cosmic Research, con su cohete, antes del lanzamiento en las instalaciones del INTA en Arenosillo, Huelva
Apoyo de instituciones
Para desarrollar esta misión, Cosmic Research ha contado con dos colaboradores principales: por un lado, el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA), que ha hecho de mentor durante todo el proceso y ha cedido las instalaciones de lanzamiento. Por otra parte, tres estudiantes del grupo BiSKY Team, de la Universidad del País Vasco, han ayudado en el desarrollo de la electrónica del cohete.
Además, el proyecto se ha desarrollado con el apoyo de diversas empresas y entidades, que han patrocinado a la asociación: la ESEIAAT, el Ministerio de Defensa, el Departamento de la Vicepresidencia y de Políticas Digitales y Territorio de la Generalitat de Catalunya, HP, Siemens, ASPY, i2cat, Aeroports de Catalunya, el Ayuntamiento de Terrassa, Grupo ays, FabLab Terrassa, EPIDOR, Altair, Nefab, Sinerges item, team gantt, LERMA, el Consejo del Estudiantado de la UPC, el Centro Avanzado de Tecnologías Mecánicas (Cat Mech) y el CIM UPC.
Bondar es un cohete de aluminio, tiene una longitud de 2,61 metros y un diámetro de 131 mm, y pesa 33 kg
Una parte de los miembros de Cosmic Research, con una réplica del cohete Bondar. En segunda fila, Xavier Roca, director de la ESEIAAT-UPC; Dani Marco, director general de Innovación y Economía Digital de la Generalitat de Catalunya, y Daniel Crespo, rector de la UPC, durante la presentación del cohete
La asociación de estudiantes Cosmic Research, de l'ESEIAAT de la UPC, ha hecho historia: ha construido y lanzado con éxito el cohete supersónico suborbital más potente construido hasta ahora en Cataluña y el más potente de España construido por universitarios. El lanzamiento se ha realizado el 30 de noviembre, desde las instalaciones del Centro de Experimentación del Arenosillo (CDEA), del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA), en Huelva. El cohete, bautizado con el nombre de 'Bondar' en homenaje a la primera astronauta canadiense, ha alcanzado unos 8 km de altura (unos 7.800 metros), a una velocidad de 1.900 km/h.
13/12/2021
La misión Bondar es producto del tesón, el talento y la pasión por la tecnología y la aventura espacial de diferentes generaciones de estudiantes que han pasado por la asociación Cosmic Research de la Escuela Superior de Ingenierías Industrial, Aeroespacial y Audiovisual de Terrassa (ESEIAAT) de la Universitat Politècnica de Catalunya · BarcelonaTech (UPC). Ahora, los 16 estudiantes que actualmente integran esta asociación, en la que hay tres estudiantes de la Universidad del País Vasco, han hecho realidad su sueño de lanzar el cohete supersónico suborbital más potente construido hasta ahora en Cataluña.
Crónica de un hito histórico
Después de años de trabajo, el 30 de noviembre, los 16 estudiantes de Cosmic Research salían de Terrassa, con su furgoneta cargada con el cohete Bondar y la plataforma de lanzamiento, en dirección al Arenosillo, en Huelva, hasta llegar al campo de lanzamiento del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA) del Ministerio de Defensa, instalaciones del Centro de Experimentación del Arenosillo (CDEA). Los estudiantes de la ESEIAAT disponían, la semana del 29 de noviembre al 3 de diciembre, de ventanas de lanzamiento autorizadas por el Ministerio de Defensa.
Al llegar al Arenosillo los deberes ya estaban hechos. Solo quedaba ensamblar el cohete, introducir el motor y anclar en el suelo la plataforma de lanzamiento, construida por los propios estudiantes, que pesa 248 kg y cuenta con una torre de 6,2 metros de longitud, capaz de sustentar 50 kg de peso fuerza y de inclinarse a 75, 80, 85 y 90 grados.
El INTA había otorgado a los estudiantes de Cosmic Research uno de los cinco días de esta semana para su lanzamiento. Los estudiantes de la ESEIAAT habían elegido como día del lanzamiento el 30 de noviembre, teniendo en cuenta las condiciones atmosféricas, en una tarde soleada y sin viento. La cuenta atrás empezó a las 13 h. Cinco horas más tarde, el cohete Bondar alcanzó su altitud máxima, a unos 7.800 metros, a una velocidad de 1.900 km/h. Es como si un vehículo completara la distancia entre Terrassa y Sabadell en 30 segundos. Al alcanzar su altura máxima, la ojiva del cohete se separó y cayó al mar, sustentada por un paracaídas. ¡Misión cumplida!
Los 16 estudiantes de Cosmic Research son Daniel Cantos, Marc Martí, Víctor Ubieto, Xavier López, Marc Bermejo, Marc Bono, Javier Hidalgo, Adam El Ghaib, Oscar Ortega, Arnau Pena, Marc Casanovas, Néstor Fuertes y Alba Badia, todos ellos de la ESEIAAT, junto con Ander Hospital, Iñigo Bouzas y Laura Burgos, de la Universidad del País Vasco.
El más potente de Cataluña
Bondar es un cohete de aluminio, con una longitud de 2,61 metros, un diámetro de 131 mm y un peso de 33 kg, que despegó a una velocidad máxima de 1.500 km/h. El cohete es modular y está formado por el módulo motor, el módulo de recuperación y el módulo aviónica. El módulo motor contiene propelente compuesto por perclorato de amonio, aluminio y un aglutinante. Se trata de una fórmula similar a la que utilizaban los cohetes secundarios de la Space Shuttle de la NASA. El motor arde solo durante seis segundos, suficiente para impulsar el cohete hasta 2,4 km de altitud; después sigue ascendiendo por la propia inercia hasta unos 7.800 m. Las cuatro aletas de este módulo son fundamentales para estabilizar la trayectoria de Bondar.
El segundo módulo es el que se ha ubicado en el centro del cohete, llamado de recuperación. Para su caída en el mar, contiene un paracaídas principal, un paracaídas piloto y una luz de avistamiento. El tercer módulo es el más complejo, llamado aviónica, formado por la ojiva y un espacio donde viaja toda la electrónica, como amplificadores de señales, dos antenas, baterías y detonadores de separación. Su función es doble: enviar datos GPS al centro de control y activar los detonadores. La zona de la ojiva se ha dejado libre para instalar en futuros lanzamientos experimentos de pago.
En los últimos cinco años, los estudiantes de Cosmic Research han lanzado 36 cohetes y han colaborado con la Oficina Europea de Recursos para la Educación Espacial en España (ESERO) de la Agencia Espacial Europea en los concursos nacionales y autonómicos de CanSat. A partir de ahora, serán recordados como el equipo de universitarios que ha construido y lanzado el cohete más potente de Cataluña y el cohete construido por estudiantes más potente de España.
Bondar, una misión con acento femenino
Cosmic Research ha bautizado a todos sus proyectos que han precedido al Bondar con nombres de mujeres astronautas, como el proyecto Mukai, en honor a la astronauta japonesa Chiaki Mukai (Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional), y Resnik, en homenaje a Judith Resnik, la segunda astronauta de la historia en Estados Unidos, que murió en el accidente del transbordador espacial Challenger en 1986.
De hecho, quien coordina y lidera este equipo de estudiantes es una mujer. Se trata de Alba Badia, sabadellense de 20 años, estudiante de cuarto curso del grado en Ingeniería en Tecnologías Industriales.
Alba Badia ha tomado las riendas del proyecto este curso, tomando el relevo del anterior coordinador, Víctor Ubieto, graduado el pasado curso. Badia explica que llegó a los estudios de ingeniería industrial casi por casualidad: “Me gustaban las matemáticas, la física y la química, pero no fue hasta el bachillerato cuando me decidí por la ingeniería industrial. Los referentes que tenía eran hombres y no pensaba que fuera una profesión para mi, hasta que supe en qué consistía y me di cuenta de que me serviría para formarme en todas las tecnologías de las que disponemos”.
De hecho, para Alba Badia la tecnología “es sinónimo de materializar todo lo que un día parecía inimaginable porque no tiene límites; podemos llegar hasta donde nos propongamos. El reto constante y encontrar la solución más inteligente es lo que más me atrae de la ingeniería. Por eso me gustaría integrarme, en un futuro, en el sector espacial, para ayudar a desarrollar la tecnología que inspire a las próximas generaciones y que permita mejorar la vida de las personas”, asegura Alba.
Su interés por la tecnología aeroespacial la animó a integrarse en la asociación Cosmic Research, que cuenta con el apoyo del programa INSPIRE de la ESEIAAT. “Siempre me ha apasionado la exploración espacial y la tecnología que hay detrás de los cohetes; Cosmic Research me proporcionaba la posibilidad de poner en práctica la teoría que aprendemos en clase y, además, podía transmitir a la sociedad el entusiasmo que me llevó a estudiar ingeniería”, asegura Alba.
Sobre el ambicioso proyecto Bondar, la joven estudiante vallesana valora “la visión global que me obliga a ver cada fase y cada parte del proyecto como un todo, un conjunto de detalles y decisiones orientados a un objetivo con el trabajo en equipo, en el cual todos aportamos nuestra experiencia y nuestro compromiso. Esto nos obliga a salir permanentemente de nuestras zonas de confort porque todos debemos hacer de todo, desde calcular, diseñar y construir a buscar patrocinadores, gestionar un presupuesto, difundir nuestras actividades, etc.”
Ni mucho menos las cosas resultan fáciles en los proyectos que desarrolla Cosmic Research. En este sentido, Alba Badia sostiene, por ejemplo, que "la legislación en el ámbito en el que trabajamos es muy laxa, y esto nos genera incertidumbres a la hora de planificar o diseñar. A veces, las cosas no salen ni a la primera ni a la segunda, y debemos sacar la perseverancia, los ánimos y la fortaleza para seguir adelante. Como ingenieras e ingenieros debemos ser metódicos y ordenados, pero la visión 'túnel' que tenemos nos impide, en ocasiones, transmitir ideas fuera de nuestra disciplina. Las reuniones generales que mantenemos a menudo parecen la asamblea de la ONU, porque mecánicos, eléctricos, aeroespaciales o electrónicos hablamos en nuestro propio idioma tecnológico".
Por otra parte, Alba Badia manifiesta que “desgraciadamente, me he encontrado con situaciones incómodas por ser una mujer. Siempre hay quien te pregunta cómo se toman los chicos que seas una mujer y que tomes las decisiones del equipo. Por lo general no encuentro actitudes machistas, pero es verdad que a pesar de tener más experiencia que otros, a veces por el hecho de ser mujer no valoran mi opinión. Tengo constantemente la sensación de que debo dar más que el resto para demostrar que merezco estar al frente. Sin embargo, animo a las chicas para que no se dejen intimidar por los estereotipos. ¡Seguid vuestro corazón y haced aquello que os guste hacer!”, concluye, con entusiasmo.
Alba Badia nació en Sant Llorenç Savall en el año 2000. Actualmente vive en Sabadell. Le gusta leer libros relacionados con el espacio y la tecnología, salir con sus amigos, ir al cine y navegar a vela. También es una seguidora del mundial de MotoGP y encuentra siempre tiempo para realizar algún viaje, jugar al pádel y esquiar en invierno.