Estudiantes de la Escuela de Arquitectura del Vallès de la UPC vivirán en la casa sostenible ‘TO’ para estudiar su viabilidad
El equipo de 'TO o la vida en las ciudades', en el exterior del prototipo instalado en el Campus Diagonal-Besòs de la UPC. En la fila superior: los estudiantes Adriana Núñez y Gonzalo Macías y el profesor Amadeu Santacana; en la inferior: los estudiantes Pau Gasa, Pablo Orduna, Clara Alsedà y Júlia Dubois.
Durante los próximos seis meses, cinco estudiantes de la Escuela de Arquitectura del Vallès (ETSAV) de la UPC vivirán en la casa sostenible ‘TO’, instalada en el Campus Diagonal-Besòs, en Barcelona, para estudiar su viabilidad como vivienda real: analizarán, día a día, los pros y contras de vivir en una vivienda de bajo impacto ambiental.
16/02/2022
El prototipo de casa sostenible ‘TO’, desarrollado por estudiantes de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura del Vallès (ETSAV), con la colaboración de tres estudiantes de la Escuela de Ingeniería de Barcelona Est (EEBE) de la Universitat Politècnica de Catalunya · BarcelonaTech (UPC), tendrá inquilinos los próximos seis meses. Se trata de un grupo de cinco estudiantes del máster universitario en Arquitectura de la ETSAC, que participan en el proyecto de investigación ‘TO o la vida en las ciudades’, dirigido por Amadeu Santacana, profesor e investigador del Departamento de Proyectos Arquitectónicos de la UPC.
El primer estudiante que esta semana empieza a vivir en la casa es Gonzalo Macías y, en los próximos meses, se irán añadiendo el resto de compañeros de la experimentación: Pau Gasa, Adriana Núñez, Pablo Orduna y Joan Martí. ¿El objetivo? Analizar, día a día y en primera persona, qué significa vivir en la casa ‘TO’: tomarán medidas cuantitativas de diferentes parámetros de confort, como la temperatura, la humedad, el ruido, el consumo (electricidad, agua y suministros para la vida diaria: alimentos, enseres de limpieza, etc.) o los residuos que se generan. Las estudiantes Júlia Dubois y Clara Alsedà, que ya participaron en el diseño y la construcción de la casa, en 2019, completan el equipo del proyecto, encargándose de la difusión y la comunicación de la experiencia.
De hecho, el equipo de estudiantes que ahora vivirán en la casa 'TO' no formaban parte del equipo que diseñó el prototipo: Gonzalo Macías es de Burgos y estudió el grado en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid (ETSAM) de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM); Adriana Núñez es de Madrid y también estudió en la ETSAM; Pablor Orduna es de Logroño y cursó el grado en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de San Sebastián (ETSASS) de la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea (UPV/EHU); Pau Gasa es de Barcelona y estudió en la Escuela de Arquitectura de Barcelona (ETSAB) de la UPC; y Joan Martí es de Mallorca, y también estudió en la ETSAB. Ahora todos cursan el máster universitario en Arquitectura en la ETSAV-UPC y probarán "si el ritmo frenético de la vida en las ciudades es compatible con todo lo que implica habitar en una casa sostenible", tal y como explica el primero de sus inquilinos.
“Queremos poner a prueba el prototipo”, detalla el profesor Amadeu Santacana. “Del mismo modo que cuando se diseña una moto o un coche de competición se prueban en pista, nosotros queremos hacer lo mismo en la casa: sacarla del “museo” y experimentar cómo es vivir. Sensorizarla para cuantificar el consumo y cartografiar los hábitos de las personas que la habitan”, añade.
“Empezamos ahora en invierno, con una temperatura inicial interior de unos 14 °C, e iremos midiendo los cambios que experimentamos a medida que se añadan más inquilinos y empiecen a subir las temperaturas”, explica Gonzalo Macías, el primero que vivirá la experiencia. Los meses siguientes se irán incorporando el resto de estudiantes, llegando a un máximo de cinco inquilinos viviendo en ‘TO’. Entonces se analizarán otros parámetros, por ejemplo, cómo funciona el uso compartido de espacios, cómo se garantiza que haya espacios de intimidad o la intensidad de los ruidos.
Los estudiantes harán un análisis cuantitativo, pero también cualitativa del funcionamiento de la casa: anotarán en un diario sus impresiones, para estudiar los datos que recojan y el que significa vivir en una casa sostenible.
Una apuesta ecosistémica
El proyecto de la casa ‘TO’ plantea un cambio ecosistémico, es decir, propone un espacio-vivienda que se estructura alrededor de nuevos criterios de uso y consumo, nuevos hábitos y otras formas de interrelacionarse y habitar el espacio. Los habitantes de ‘TO’ tendrán que adaptarse a las condiciones de habitabilidad de la casa. De hecho, el prototipo de habitáculo se ha instalado con una orientación específica para aprovechar los sistemas de climatización pasivos. Ahora, en invierno, la distribución interior y unas cortinas hechas con edredones sirven para filtrar el frío. En verano, la posibilidad de abrir la estructura exterior permitirá una ventilación cruzada y refrescar la casa.
El interior del espacio está diseñado con piezas móviles y un mobiliario para que los habitantes puedan distribuirlo según las necesidades. Además, dispone de placas solares, pero no de acumuladores, de manera que se tendrán que aprovechar las horas de sol para llevar a cabo todas aquellas actividades que requieran electricidad.
La casa también cuenta con un sistema de agua potable, uno de recogida de agua pluvial y uno de aguas grises. La bañera y el espacio de limpieza están instalados sobre un suelo drenante, que recoge el agua que se pueda derramar y la conduce a un depósito para que pueda ser reutilizada. Además, dispone de un váter seco con una cinta transportadora que lleva los residuos a un depósito exterior para poder realizar abono.
Para la conservación de los alimentos, los estudiantes cuentan con una fresquera y con un sistema de estantes diseñados para contener un determinado tipo de alimentos y aumentar la conservación.
Una segunda vida más allá de la competición
La casa sostenible ‘TO’ fue uno de los prototipos premiados en el concurso Solar Decathlon Europe 2019, una competición universitaria internacional que reta a equipos de estudiantes a diseñar y construir casas sostenibles. El prototipo, desarrollado el 2019 por otro equipo de estudiantes del ETSAV con la colaboración de tres estudiantes de la Escuela de Ingeniería de Barcelona Este (EEBE), obtuvo dos terceros premios en las categorías de arquitectura y de circularidad y sostenibilidad del concurso, que en aquella edición tuvo lugar en Hungría. Posteriormente, la casa se instaló en el Campus Diagonal-Besòs de la UPC para convertirse en una instalación pública abierta al barrio.
Precisamente, en una visita de estudiantes del máster en Arquitectura a la casa, surgió la idea de continuar investigando: creyeron que la inversión tenía que ir más allá de la participación en el concurso internacional y que sería interesante analizar la posibilidad de vivir. “Esta loca aventura empieza el pasado mes de abril, cuando hacemos una visita a la casa y constatamos que es una pena no poner en práctica todas las ideas que se habían plasmado en su diseño y construcción. Pasamos, así, de la academia a la práctica”, explica el estudiante. El experimento también les permite iniciar una línea de investigación, en el campo de la sostenibilidad y la vivienda, que ponga a prueba otros prototipos experimentales para implementar mejoras.
El objetivo de los estudiantes es, además, abrir a todo el mundo su experiencia: el hecho de que este grupo esté viviendo en la casa no impide que se puedan organizar otras actividades impulsadas por la UPC, como por ejemplo las visitas de estudiantado de secundaria para conocer el proyecto, o también por el Ayuntamiento de Barcelona, que ya tiene programados diferentes talleres para sensibilizar a la ciudadanía en temas de sostenibilidad y medio ambiente. “Es un centro cívico que también es una vivienda, o a la inversa. De hecho, un aspecto que también queremos explorar es si se pueden aprovechar los espacios las 24 horas del día”, añade Gonzalo Macías.
Toda una experiencia vital que será recogida, junto con los resultados de la investigación, en una publicación.
La Escuela de Arquitectura del Vallès (ETSAV) es la única escuela de arquitectura del mundo que ha sido seleccionada para participar de forma consecutiva en las cuatro ediciones que han tenido lugar hasta ahora del Solar Decathlon Europe (2010, 2012, 2014 y 2019).
¿Por qué el nombre de 'TO'?
"Sale de la necesidad de dar una definición complementaria al concepto de sostenibilidad, que fuera más allá de las características materiales y abarcara el término ecología, que pone más énfasis en los hábitos de las personas que los utilizan", explican Júlia Dubois y Clara Alsedà, las dos integrantes del equipo que sí participaron en el diseño de la casa, en 2019. "Por eso el proyecto adoptó el color magenta, como valor conceptual y como 'tono' complementario al verde que intrínsecamente comprendemos como sostenible", explican. El nombre también seguía, en otra de sus definiciones, la estirpe de casas sostenibles ideadas por estudiantado de la ETSAV-UPC que han participado en diferentes ediciones del Solar Decathlon Europe, todas con nombres sonoros: LOW3, ECO y ECO, "que inciden en la repercusión que desean tener con nuestro entorno", añaden.