Eva Miranda: "La investigación es una montaña rusa llena de emociones"
Eva Miranda, profesora del Departamento de Matemáticas, forma parte del Instituto de Matemáticas de la UPC-BarcelonaTech (IMTech). Está al frente del grupo de investigación en Geometría de Variedades y Aplicaciones (GEOMVAP) y es miembro del Centro de Investigación Matemática (CRM).
Entre otras distinciones, ha recibido el Premio François Deruyts de la Real Academia de Bélgica y uno de los premios Bessel de la Fundación Humbolt, y ha sido nombrada Hardy Lecturer de la London Mathematical Society, del Reino Unido. Miranda es la primera matemática en el Estado en recibir estos reconocimientos, otorgados habitualmente a reconocidos matemáticos internacionales distinguidos con la medalla Fields o el Premio Abel.
Eva Miranda (Reus, 1973) es investigadora ICREA Academia, profesora de la Facultad de Matemáticas y Estadística (FME) y de la Escuela Politécnica Superior de Edificación de Barcelona (EPSEB) de la UPC y estudia la interacción entre singularidades, simetrías y fenómenos complejos en geometría, dinámica y física matemática. Es una de las científicas más citadas en España.
31/01/2024
Tu campo de estudio es la geometría simpléctica. ¿Se puede explicar llanamente?
La geometría simpléctica es una vertiente de la geometría que explica fenómenos de la física como las trayectorias de las partículas o los movimientos de los planetas y parte de la geometría diferencial que mide objetos que no son planos. La arquitectura de Gaudí es un ejemplo: interpretar las superficies curvadas como objetos para realizar geometría. La física nos aporta los modelos que nos permiten escribir ecuaciones de movimiento de las partículas que pueden moverse a superficies curvadas.
¿Y tu investigación se basa en estos modelos?
Ahora estudio otros aspectos relacionados con la física, no tanto con el movimiento de partículas sino con el contexto de movimientos de fluidos. Sería una noción algo diferente. La geometría que domina el movimiento de las partículas en la dinámica de fluidos y es más compleja. Sólo hemos podido asociar modelos geométricos similares a geometría simpléctica en los casos "estacionarios". Como curiosidad, esta geometría, llamada “geometría de contacto” nos permite entender “matemáticamente”, por ejemplo, cómo se puede aparcar un coche en pocos pasos.
¿Y qué aplicaciones tiene?
Es indispensable para describir el movimiento de los planetas, por ejemplo, o el movimiento de los satélites. Si nosotros enviamos un satélite y no queremos que se pierda, aplicamos herramientas de la geometría simpléctica para que vuelva al punto inicial. En matemáticas se le llama órbita periódica, y sería cómo dibujar un círculo. Mi investigación está muy enfocada a buscar estos "círculos" motivada por los problemas de la mecánica celeste. Parecería que son conceptos escritos en libros hace años, pero no es así. Aún se están buscando mecanismos eficientes para encontrar trayectorias que, por ejemplo, pueden minimizar el gasto de fuel-oil. Y saberlo hacer es una cuestión en la que interviene la geometría simpléctica.
Cuéntanos algún momento importante de la carrera.
Mira, una casualidad que me emocionó mucho fue descubrir que modelos abstractos
que había hecho podían responder a una versión simplificada del clásico problema de tres cuerpos (problema que no se abarca totalmente). Es decir, los modelos que yo había creado de forma totalmente abstracta se pueden aplicar a problemas de mecánica celeste. Esto ocurre muy rara vez en la vida. Ahora estoy trabajando las órbitas de escape y las trayectorias utilizando la geometría singular que desarrollé va más de 10 años.
Pero aún trabajas con más...
Sí, en dinámica de fluidos y comportamientos anómalos que explican fenómenos como la dificultad de recuperar los patitos de goma perdidos en un barco en el Pacífico. Los patitos se pueden tratar como una partícula que se mueve dentro del agua y, por tanto, estos movimientos siguen unos modelos matemáticos que ya están establecidos desde hace tiempo. Son las ecuaciones de Navier-Stokes y uno de los enigmas del milenio es resolver el problema de regularidad. Los matemáticos llevan años intentándole solucionar.
Tienes una carrera llena de reconocimientos, ¿te habías imaginado llegar a donde estás ahora?
No, en absoluto. Todo me ha cogido por sorpresa. Hice matemáticas porque era una pasión, como lo era también la literatura. Creo que las matemáticas y la literatura comparten muchos más paralelismos de los que la gente cree. Las matemáticas son muy creativas. Muchas veces pensar y escribir una demostración de un teorema es como crear un poema y llevar a la gente a un sitio o nadie ha estado nunca antes. Cuando terminé la carrera, elegí la investigación a pesar de que entonces era muy habitual ir al instituto a dar clases. De hecho empecé, pero después empecé la tesis y hasta la fecha.
¿Ha sido duro?
Es duro dedicarse a la investigación, y si eres una mujer todavía más. En Cataluña quizá no se ve tanto, sin embargo en los países donde se hace más investigación de mis ámbitos, Francia, Alemania, o los países nórdicos las mujeres están poco presentes en el mundo de la investigación. A veces eres la única mujer en un congreso. Ahora que ya soy mayor y puedo relativizarlo no me afecta, pero en cierto modo siempre se nos cuestiona más. Recuerdo hace unos años cuando un estudiante me va cuestionar en una charla y me contaba lo que yo decía en mis artículos. Tuve que recordar que "la" Miranda de los artículos era yo.
"Tengo el privilegio de trabajar en lo que más me gusta: hacer investigación en matemáticas"
¿Cómo es el mundo de la investigación?
Es competitivo y duro, pero es mi pasión. Tengo el privilegio de trabajar en lo que más me gusta: investigar en matemáticas. Pero detrás de todos estos premios no sólo hay muchas horas de trabajo, sino también muchos intentos que no han funcionado y muchas decepciones. Aunque parezca lo contrario la búsqueda viene cargada de emociones. En investigación también hay yins y yangs: el fracaso y el éxito forman parte del proceso. Es una montaña rusa, exactamente, con mucha adrenalina y una vertiente muy emotiva.
¿Qué te queda por hacer de ahora en adelante?
¡Uf! ¡Muchísimas cosas! Mira, justo me voy a Oxford a discutir con Roger Penrose, el Premio Nobel. Este verano me sorprendió que aceptara presentar una conferencia que hacía yo, y de ahí, ha salido esta colaboración. ¡Eso es emocionante!
Hay un debate abierto sobre la carencia de vocaciones técnicas. ¿Qué crees que ocurre?
Es un grave problema. Hay muy pocas mujeres que hacen matemáticas y es una cuestión
social y de estereotipos. Cuando yo estudiaba, las chicas éramos casi el 50% porque se asociaba que la enseñanza era la salida natural de las matemáticas y la enseñanza era una salida para las mujeres. Ahora se está visibilizando que las matemáticas se aplican al mundo bancario o de los datos y por tanto, trabajos muy competitivos. En cambio, la sociedad nos lleva muchas veces a pensar que las mujeres no pueden ser competitivas.
Las creencias autolimitantes, ¿no?
Exactamente. Me preocupa mucho porque hay mucho trabajo por hacer. Por ejemplo, que
sencillamente tú me hagas esta entrevista puede tener un efecto positivo para que quien la vea
puede pensar 'quiero ser como Miranda'. Es necesario visibilizar más las figuras coetáneas. Está muy bien hablar de Marie Curie, pero es un modelo en cierto modo de épocas anteriores donde ser una mujer en ciencia debía ser una superheroína. Es necesario romper este estereotipo para que la investigación no puede prescindir de nosotras, es fundamental que existan todos los puntos de vista.
Tú ya eres una referente... Cómo animarías a chicos y chicas a seguir una carrera como la
tuya?
La vida sólo se vive una vez. Si te gustan las matemáticas, lánzate!
∗Entrevista publicada en La Uni. La Vanguardia (20/11/2023)